Hace unos días, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, daba un giro radical a la posición histórica española sobre el Sáhara, reconociendo la soberanía del gobierno marroqui en nuestra antigua colonia.
Esta decisión, que por su naturaleza de Estado debe aglutinar los mayores consensos posibles entre las diferentes fuerzas políticas y sociales del país, ha sido tomada sin embargo por la vía de la unilateralidad y el oscurantismo, despreciando de paso y por enésima vez las diferentes sensibilidades y posturas que al respecto sus socios de gobierno, y otros agentes implicados durante décadas en el conflicto, han desarrollado y desarrollan.
El gobierno de España, representado por su presidente, ha puesto en manos de la dictadura monárquica marroquí el destino de más de medio millón de personas de manera unilateral, por la vía rápida y con la nocturnidad y alevosía propias de formas nada democráticas, incumpliendo además con la misma, de manera flagrante, la Resolución 690 del Consejo de Seguridad de la ONU (29 de abril de 1991), por la cual se reconoce la vía del referéndum de autodeterminación del pueblo saharuai.
Por otro lado, la decisión da carta blanca a las políticas del chantaje y la amenaza ejercidas por el Reino de Marruecos, avaladas estas por los intereses norteamericanos en la región, que en nada se alinean con los del pueblo del Sahara en particular, ni con los de España en general, dejando a este último en una franca posición de debilidad y descrédito internacional.
A lo anterior, debemos de añadir que las múltiples vulneraciones del reino alauita en materia de derechos humanos y políticos para con los y las saharuis, y para con el propio pueblo marroquí, son ya un signo inequívoco de lo improcedente y repudiable de tal decisión. En este sentido, es de todo punto incomprensible que el mismo gobierno que defiende la legalidad internacional y la soberanía del pueblo de Ucrania en todos los foros y esferas, haga todo lo contrario con este otro, el del Sahara, repudiado, exiliado y maltratado durante casi medio siglo por el gobierno de Rabat.
Por las anteriores razones, el Foro Social “Seguimos Julio” rechaza frontalmente este giro de guion llevado a cabo por el presidente del gobierno de España. Giro que nos sitúa como país en las antípodas de los pueblos que defienden y fomentan los acuerdos internacionales y los DDHH y subordina los intereses del país a los de terceros países; denuncia la hipocresía y el olvido del gobierno español y de la comunidad internacional para con el pueblo saharaui; repudia las conductas anti democrátricas del ejecutivo de la nación; exige el estricto cumplimiento de la Resolución de la ONU, que dota al pueblo saharaui de capacidad para decidir unilateralmente sobre su futuro; y muestra su total apoyo y solidaridad al Frente Polisario y a la República Árabe Saharaui Democrática.
Animamos desde este mismo Foro a la ciudadanía en su conjunto a participar activamente en todas las protestas y manifestaciones que se van a producir en todo el territorio del estado, para denunciar este inexplicable y miserable cambio de postura de nuestro gobierno, pues como ciudadanos y ciudadanas, no debemos ni podemos olvidar la enorme deuda histórica de nuestra país para con el pueblo del Sahara.
Que el silencio no nos haga cómplices. Que el silencio no nos haga responsables.
¡Por un Sáhara Libre!